GalletasVegetarian

Galletas Fluffernutter

Ya casi es hora de que los niños vuelvan al colegio para otro año de aprendizaje, amigos y diversión. Siempre me han gustado las primeras semanas de colegio, pero luego llega la realidad. Los días de verano pronto se desvanecen y el tiempo de juego se sustituye por el tiempo de deberes. Nunca me gustó la hora de los deberes, pero sí disfrutaba de los tentempiés que me dejaban en la mesa después de clase para motivar mi mente. Si mi padre me hubiera dejado un plato de estas galletas Fluffernutter, estoy segura de que habría sido una estudiante modelo y habría hecho los deberes sin problemas.

No me gustan las matemáticas y yo no le gusto a las matemáticas. Nunca se me han dado bien los números. En cambio, mi padre es un genio de las matemáticas. Tuvo que ser mi tutor durante años y años de clases de matemáticas. Incluso cuando estaba en la universidad, lejos de allí, le llamaba para que me ayudara. No heredé los genes de genio matemático de mi padre, pero sí sus genes de testarudez. En múltiples ocasiones, mi padre se frustró conmigo mientras intentaba enseñarme una nueva fórmula, ecuación o el razonamiento detrás de un problema de historia. Probablemente era un poco lento aprendiendo, pero también era mucho testarudo:) A veces no me concentraba ni me concentraba, simplemente porque odiaba las matemáticas. A veces no me importaba aprender. Sigo sin verle sentido a intentar averiguar a qué hora llegaría el tren A o el B a la estación de tren. ¿A quién le importa? Yo no viajaba en ese tren:)

Mi padre me obligaba a sentarme a la mesa hasta que terminaba todos mis deberes de matemáticas y los hacía bien. Yo garabateaba en los papeles y me inventaba excusas para no terminar. Nuestras sesiones de deberes se eternizaban porque yo era muy cabezota. Mi padre creía que no le hacía caso, pero yo sí. Siempre saqué buenas notas y la tortura de hacer los deberes de matemáticas dio sus frutos. Ojalá no hubiera sido tan testaruda, porque de niña perdía muchas horas en la mesa de la cocina.

Para que la hora de los deberes sea más agradable para sus hijos, prepáreles una hornada de galletas Fluffernutter. Estas galletas están inspiradas en el famoso sándwich Fluffernutter, crema de cacahuete y malvavisco aplastada por dos trozos de pan. Si funciona en un sándwich, ¿por qué no en una galleta?

Utilicé uno de mis recetas de galletas de mantequilla de cacahuete y creé un charco en el centro de cada galleta presionando la masa con el pulgar. Cuando las galletas terminaron de hornearse, las rellené con crema de malvavisco. Precaución – esta parte se pondrá pegajosa, pero no te preocupes, es una buena pegajosa:) La combinación de mantequilla de cacahuete y crema de malvavisco es clásica, como un sándwich de Fluffernutter, quizás incluso mejor:)

Empieza bien el curso escolar con una tanda de galletas Fluffernutter. A los niños les encantarán. Son el dulce perfecto para después del colegio.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba